The Blue Gardenia (Gardenia Azul) (1953) de Fritz Lang

The Blue Gardenia, film dirigido por Fritz Lang y basado en una novela de Vera Caspary. Tiene como protagonista a varias mujeres, un dibujante y un simpático y amistoso periodista (devenido detective) que enarbola ideas sensacionalistas.

El film abre con un plano que muestra la autopista, los autos transitando de aquí para allá. Luego ingresamos en la historia por medio de un edificio. Es una central telefónica que alberga a mayoría de mujeres trabajadoras.
Tenemos ya en ésta escena todo el elenco principal: el dibujante Harry Prebble (Raymond Burr); al periodista Casey Mayo (Richard Conte); Crystal Carpenter (Ann Sothern); Sally Ellis (Jeff Donell) y Norah Larkin (Anne Baxter)

Harry es un hombre corpulento que flirtea con varias chicas de la compañía. Se presiente aquí un clima de intensa laboriosidad pero lleno de la jocosidad y galantería que parece transmitir el dibujante.

Norah tiene a su novio muy lejos, batallando en la guerra del Corea; sin embargo se muestra contenta, enamorada. Además es su cumpleaños. Le ha llegado una carta de él y la leerá al regresar a su casa, cuando sola se «autofesteje» el aniversario.
Esta escena se presenta como la primera a destacar. Norah está de negro, con un vestido de tafetán que parece (más que un atuendo para la ocasión) predecir algo importante. Cuando las otras dos mujeres se van con sus hombres (las tres viven juntas), Sally pues, con el que ha conocido en el kiosko de abajo, y Crystal con Homer (hombre con el que ha tenido varias idas y venidas pero con el que pasa ahora por buen momento) Norah comienza a apagar todas las luces. Prende luego velas, como dando inicio a una ceremonia del artificio, del espectáculo…recuerda ésto a Grace Kelly encendiendo las luces del cuarto de James Stewart en «La ventana indiscreta»
Ahora se sienta. Brinda con la foto de su novio sobre la mesa y abre la carta. Aquí tenemos la voz en off del hombre que relata una serie de acontecimientos, y lo principal: ha conocido en Corea a una enfermera y ya tiene los planes para casarse y quedarse a vivir allí. Norah llora desconsolada, con bronca. Suena el teléfono. Es Prebble, el dibujante. La ha llamado para invitarla al Gardenia azul, un exquisito restaurante ubicado en Hollywood. Norah se siente un momento como recompensada por la traición de su novio y acepta impulsivamente el agasajo.

Ya en el lugar, Prebble le regala una gardenia azul. Escuchamos también esta canción interpretada entera por Nat King Cole, en un plano que muestra, a través del  fuera de campo (mediante un espejo) las manos del famoso pianista y cantante estadounidense. La escena recuerda a Casablanca, aunque nada parece haber de espionaje.
El estado anímico de Norah cambia considerablemente, está un poco pasada de copas y el dibujante la lleva a su departamento. Es aquí donde lo que suceda instalará incertidumbres hasta el final del relato.
Un crimen: el de Prebble. Pero antes, toda la secuencia que se extiende bastante (si la comparamos con el ritmo al que veníamos). Cuando Norah está a punto de dormirse lo besa, se besan; su estado de ebriedad es tal que le habla como si fuera su ya ex: «por que me dejaste?» le dice. Aquí Prebble intenta abusar de ella y lejos de conseguirlo termina siendo asesinado (por Norah?) La escena es confusa y notable: hay un fundido que une la imagen de la mujer con agua desagotando por un agujero (teléfono para Hitchcock?). Se observa el impacto efímero pero atronador de un atizador sobre el vidrio del espejo. Tenemos una subjetiva de la visión distorsionada de Norah, quien escapa finalmente del departamento olvidando sus zapatos y…la gardenia azul.

Es fenomenal la elección del título, porque la gardenia actúa aquí en una multiplicidad de sentidos, conformando un sistema de flores que tienen las cualidades más notables para construir éste tipo de films noir (cine negro), cualidades pues, representadas metonímicamente en la gardenia: el perfume de la femme fatale, la suavidad que subyace al horror. La pista, que irá dejando su invisible azul, su azul vestido de negro en todo el firmamento del espectáculo. Y en la música (el melodrama).

Recién al otro día, cuando Norah regresa a su trabajo, recuerda más o menos lo sucedido: un golpe de vidrio, el vestido, el atizador. Sin embargo aflora una extraña ambigüedad que oculta el crimen, como si fuera una especie de cabo suelto que ha quedado entre los restos de ese espejo destrozado

De aquí en más resaltará la figura de Casey. Periodismo, crímenes, interés, muerte repentina: conceptos que su compañero le recuerda como primera lección para un periodista moderno, si es que quiere tener éxito. La segunda: el ingrediente sexual.
Como para que no queden dudas sobre la actualidad de éste film.

Casey lleva adelante un trabajo de investigación detectivesca. Las noticias ya han comenzado a circular en los diarios y Norah se siente enormemente preocupada (por su culpabilidad?), lo cierto es que la vemos representando a una mujer doblemente golpeada. No parece haber asesinos ni villanos en esta historia.

Sally lee en el diario como fueron los acontecimientos, Norah le dice que tal vez esa mujer se sentía sola en ese momento, necesitaba de emociones: parece estar justificando sus sentimientos por encima del presunto crimen. La película volverá sobre ésta especie de «duplicación del yo» cuando Norah se haga pasar por «otra ella» en el teléfono, y cuando Crystal se disponga a ir en su lugar al encuentro con el periodista

Es un gran papel el de Anne Baxter. El dolor se refleja verdaderamente en sus ojos, en sus expresiones alicaídas y como de una sensibilidad especial.

Cabe destacar cierta referencia intertextual en la fascinación de Sally por las novelas de Mickey Spillane

Más tarde, Casey tendrá la idea de publicar en su diario una carta (otro de los elementos importantes del film) la carta para «una asesina desconocida»
Cuando Norah la lee al otro día ingresa en un estado de insondables pensamientos, decidiéndose finalmente una noche llamar al periodista desde una gasolinera. Al momento de la comunicación ve llegar un patrullero y huye, dejando otra pista en el lugar: un pañuelo de encaje.
Más que pistas, es una fragancia la que se discurre a lo largo de toda esta misteriosa historia

Cuando vuelve a tener posibilidad de comunicarse se hace pasar por la amiga de quien ha cometido el crimen (ella?)
Norah y Casey se terminan encontrando, en la cafetería. Aquí ocurren varias cosas pero de todas hay dos que serán los puntos semicos importantes con los que concluirá el film, a saber, que Norah necesita creer en alguien, y que esa necesidad adquiere en ella deseos vitales; Casey parece ser esa persona. El amor de Casey será entonces el otro punto, la forma en que el periodista encuentre una «verdad real» en su vida, abandonando su camino de sensacionalismo pueril

Norah no ha asesinado a nadie. Nos enteramos ahora por medio de un flashback como fueron concretamente (más prosaicos en relación a la secuencia visual del principio) los hechos. Fue la novia de Prebble quien terminó con la vida de éste, algo que se le revela a Casey cuando escucha la canción del disco puesto aquella lluviosa noche del crimen.
La película encuentra finalmente su clave, su nota de azul gardenia

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